lunes, 26 de noviembre de 2007

Discurso de Jorge Arrate


Amigas, amigos; compañeras, compañeros:

He recorrido esta noche con mucha alegría las distintas mesas y encuentro amigos viejos y amigos nuevos. Desde los amigos de la Federación de Estudiantes Secundarios y la FECH, las campañas del 64 y del 1970; a los amigos de exilio; de lucha contra la dictadura; a los que han acompañado este tiempo de la transición desde el partido Socialista y desde la Concertación. Pero he encontrado amigos nuevos y yo que siempre trato de pensar y hablar desde la memoria, que he intentado hacer parte de mi memoria a personajes que no conocí y que admiro como Arcos y Bilbao; como Recabarren; como Aguirre Cerda.

Pienso esta noche que tenemos que hablar no sólo desde la memoria, sino que también tenemos que hacer -particularmente los de mi generación- el esfuerzo por mirar hacia delante y escribir novelas de anticipación. Cada uno tiene que saber quiénes son sus abuelos, sus bisabuelos, sus tatarabuelos. Sin eso no hay identidad. Pero cada uno tiene que saber también quiénes son sus hijos, quiénes son nietos, quiénes son sus bisnietos.
Y la gran riqueza de esta reunión, de esta noche, es que yo creo que por primera vez desde mucho tiempo estamos sentados aquí compañeras y compañeros; que tenemos distintas posiciones políticas dentro del gran arco del progresismo chileno y de la izquierda chilena. Pero también, que tenemos distintas edades. Que estamos todos desde mi querido amigo Carlos Altamirano y mi querida amiga Irma Almeida, hasta las pingüinas que el año pasado conmovieron al país en una demostración jamás antes conocida de voluntad y de fuerza de cambio.

Necesitamos la memoria, pero necesitamos el futuro y lo que debemos hacer aquellos que nos definimos como Allendistas, que vivimos el tiempo de Allende y la unidad del tiempo de Allende, es trasmitir esa energía y esa fuerza a nuestro hijos, a nuestros nietos y a nuestros bisnietos que son los que van a empujar -como decía Nicolás Grau- para aunar fuerza, para unir fuerzas que son los que van a poner y tienen que poner su voluntad. La que nosotros a lo mejor en momentos no tuvimos o no pudimos para lograr ese gran objetivo, que es el objetivo de unir al pueblo de Chile tras la grandes banderas transformadoras que nos permitan una democracia plena, una libertad plena y una sociedad igualitaria con justicia social.

Eso es lo que hemos propuesto y como ha dicho Sergio Aguiló al iniciar esta cena: no es esta una proclamación de ninguna persona, pero si es la proclamación de una idea, la proclamación de un proyecto que aún no hemos definido, que tenemos que definir juntos, en todos sus detalles, para hablar del cobre; para hablar de nuestro medio ambiente; para hablar de la educación; para hablar de la mujer; para hablar de los jóvenes; para hablar del mundo del trabajo. Pero sabemos que ha de tener como protagonistas a todas las generaciones que enfrentamos el Chile en que vivimos hoy, que nos deja insatisfechos, que nos transforma en inconformistas, porque eso es lo que somos, somos inconformistas. No hemos renunciado a la pasión por la crítica, ni al derecho a la crítica, aunque tengamos -como tenemos cada uno- legitimas ideas, adhesiones a ideas a principios, a organizaciones políticas. Nunca hemos renunciado ni vamos a renunciar a ese derecho a mirar críticamente el mundo que nosotros mismos hemos contribuido, muchas veces positivamente u otras negativamente, a construir.

Eso hemos dicho compañeros, hay un ciclo que está terminando, hay un ciclo que esta terminado hay una transición que terminó en lo que terminó. Las cosas no terminan donde uno quiere, las cosas terminan donde terminan. Donde el motor que fue capaz de movilizarlas, de llevarlas adelante ya no da para más ya está fundido. La transición ha terminado en una democracia incompleta y ha terminado en una sociedad profundamente desigual. No significa esto negar ninguno de los logros o avances que en estos años hemos llevado adelante, pero no voy a cumplir esta noche con el rito de disculpa de tener que enumerarlos, para enumerar en cambio todas las cosas que no pudimos, hacer porque no nos dejó la derecha o por que no tuvimos la fuerza y el coraje suficiente para hacerlas.

Compañeras, compañeros. Amigas, amigos, seguimos con la misma constitución de 1980, parchada y parchada en la mayor parte positivamente, que bueno que hayan ciertos cambios que se han hecho en esa Constitución. Pero algunas de estas reformas ¿han discutido alguna vez el concepto de derecho de propiedad que esta establecido en la Constitución? ¿alguna de estas reformas ha leído las diecinueve discriminaciones? se lo escuche a María Rozas en un panel en que estuvimos juntos, diecinueve discriminaciones que están contenidas en la constitución.

Tenemos que luchar puesta la vista en el horizonte y sabiendo que no es la tarea que podemos realizar mañana por extender la idea que es necesaria una nueva Constitución. Que sea proclamada por un pueblo soberano y libre, por que eso son las constituciones, son la Ley fundamental que nos damos todos y para que nos la demos todos tenemos que crear un poder constituyente y tenemos que un plebiscito para consagrar una constitución. ¡Si hasta Pinochet sometió a plebiscito su porquería de constitución! en un plebiscito brujo que es la constitución que nos ha legado y que ha metido en una trampa a la democracia chilena. Es esa constitución la que ha hecho un país binominal, un país binominal que excluye, no sólo a los partidos y fuerzas políticas que han participado en elecciones buscando una representación, y en 17 años a pesar de tener votación más que suficiente para tenerla. No han tenido un diputado, esa es una exclusión muy grave, pero hay otras compañeros. Esta es la exclusión de los que no sienten; de los que no quieren participar del sistema político y anulan su voto o votan en blanco; de los que no van a votar. Sin avisar de los chilenos que viven fuera de Chile, a los que la derecha les acaba de negar su derecho legítimo a votar en nuestras elecciones.

Y está la exclusión macroscópica, a mi juicio la más inquietante, de ejercer su derecho a voto que no se inscriben en los registros electorales. 85% ó más de los jóvenes entre 18 y 24 años; el 70% a 75% de los jóvenes entre 24 y 29 años. Y la política, los partidos, las coaliciones como si lloviera, un par de campañas, un par de meses antes, cuando ya están a punto de cerrarse los registros electorales para que los jóvenes que no están ni ahí. Dicen que se inscriban y es falso que no estén ni ahí, porque son esos jóvenes lo que crean los clubes deportivos, los que crean asociaciones para escribir comics, los que crean grupos de hip- hop, los que participan activamente en muchas actividades culturales. Son esos jóvenes los pingüinos, son esos jóvenes muchos de los que están aquí esta noche, que no están inscritos en los registros electorales. Y que dice entonces esta generación, la generación que creció en la memoria de la izquierda universal y de la izquierda chilena luchando por el voto universal, por el sufragio universal para hombres y desde el 49 para las mujeres.

Qué decimos nosotros, cómo miramos con impotencia la erosión del sistema democrático, por la exclusión que el sistema político hace de aquellos que se han dado cuenta que votar en una elección incide poco en un país donde hay senadores designados como el señor Allamand en Valdivia. Tenemos que cambiar la constitución tenemos que luchar para cambiar y derogar el sistema electoral binominal, tenemos que impulsar la reforma que hoy día se está planteando. Cualquier avance en este terreno es positivo. Tenemos que luchar por un Chile más pluralista. En los medios de comunicación tenemos que luchar por un Chile que no excluya políticamente a nadie, y tenemos que enfrentar esta sociedad desigual que hemos recibido, que hemos dejado.

No me hago a un lado de las responsabilidades que cada uno tiene en lo que ha ocurrido en el país, en las positivas y en las negativas, asumámoslas todas, porque eso es responsable y eso es honesto. Pero al final no nos la hemos podido con el libre mercado y sus efectos de desigualdad; no hemos sido capaces de elaborar políticas lo suficientemente fuertes para que en Chile la mayor parte del crecimiento vaya a los que tienen menos, cuando la distribución porcentual del ingreso se mantiene constante, como ha ocurrido en nuestro, país quiere decir que el plus del crecimiento que el excedente del crecimiento se distribuye en proporción a lo que cada uno gana. El 10% más pobre se lleva el 2% del crecimiento y el 10% más rico el 45% del crecimiento. No nos interesa un crecimiento que lo que hace es profundizar las desigualdades en una sociedad, porque seguimos trabajando con las metas de la tasa de crecimiento para batir los record sudamericano y mundiales en materia de crecimiento. y no ponemos también objetivos medibles para ir reduciendo progresivamente las desigualdades, exclusión política, exclusión social y económica. Delincuencia, primer lugar en América Latina en ciudadanos en las cárceles, nuestro Chile el primero en América Latina y se siguen debatiendo todos los días cómo aumentar las penas; cómo ampliar las cárceles para ampliar las escuelas de delincuencia, para ampliarlas también a los niños de 14 años.

Tengo el orgullo de decir que cuando fui candidato a Senador por la Región de Coquimbo el año 2005, en un foro de televisión señalé mi desacuerdo con la Ley que se aprobó en ese momento para reducir la edad penal a los 14 años, sin las medidas adecuadas para iniciar efectivamente procesos de rehabilitación y no procesos punitivos.

El sistema alcanza grados muy grandes de sofisticación, el sistema genera la farándula sonambulismo político; la pirotecnia el sistema trata de captar las voluntades por las vidas del espectáculo; el sistema disciplina por la vía del endeudamiento; el sistema disciplina por la vía de la precariedad laboral y de la instabilidad en el trabajo; el sistema disciplina por la prestidigitación política; por la noches de Hallowen; por las noches de magia que estamos viendo en la política chilena a diario. Lavín Bacheletista y yo digo si Lavín es Bacheletista ,que diga que aprueba la píldora del día después; si Lavín es Bacheletista que diga que está por derogar el sistema Binominal; si Lavín es Bacheletista que diga que es contrario al lucro en el sistema educacional; si Lavín es Bacheletista que apoye la Ley que ha enviado el Gobierno para que los sindicatos y las asociaciones vecinales tengan radios libres; si Lavín es Bacheletista que se ponga con la reforma laboral y que esté de acuerdo en ampliar la negociación colectiva y proteger mejor al sindicalismo. Lo desafío a que sea Bacheletista de verdad y que no haga actos de magia para querer vestirse con la popularidad y el cariño que el pueblo chileno tiene por la Presidenta Bachelet.

Un ciclo está terminando.

Un ciclo está terminado y se ha iniciado un nuevo ciclo, porque se ha iniciado un nuevo ciclo, que a veces no percibimos por muchos factores, pero yo voy a señalar tan solo unos pocos, se ha iniciado un nuevo ciclo porque hemos elegido una mujer, una mujer socialista, esa mujer Presidenta de la República de Chile y esa es una flecha disparada al futuro cuyos efectos no percibimos enteramente hoy día, pero vamos a percibir en muchos años más. Se ha iniciado un nuevo ciclo porque los pingüinos invadieron las calles y se tomaron sus colegios. Se ha iniciado un nuevo ciclo porque el sindicalismo chileno está retomando su vieja energía ha dado batallas y ha triunfado en esas batallas.

Se ha iniciado un nuevo ciclo por que la América Latina que tenemos hoy día es otra América Latina, es la América Latina de Evo Morales de Tabaré Vasquez y el gobierno del Frente Amplio con socialistas, con comunistas y con tupamaros, en el gobierno, es la América Latina del proceso Bolivariano de Chávez, es la América Latina de Lula, es la América Latina de Correa en Ecuador.

Esta es otra América Latina y en esa América Latina está Chile y está nuestro país. Abramos bien los ojos, hay un nuevo ciclo que ya se inició como lo concretamos aquí, como lo impulsamos aquí, hemos dicho con un grupo de amigos y compañeros, uniendo fuerzas, uniendo fuerzas por que, porque alguien lo señalaba estamos en una trampa en un círculo vicioso. El mecanismo que impide modificar el mecanismo, el mecanismo impide modificar el mecanismo, repito el sistema binominal impide modificar el sistema binominal; cómo rompemos, fuerza social si sin duda, pero también, fuerza política organizada.

Tratemos de ganar los votos en el Congreso necesarios para derogar el sistema binominal, para llamar a una constituyente, para abrir un camino, ese es el desafió, el desafío es allí y en muchos frentes, unir fuerzas, unir fuerzas.

Cada vez que lo hemos hecho hemos vencido; cada vez que lo hemos hecho hemos triunfado y el país ha tenido avances .Los tuvo en 1938 con el frente popular y Pedro Aguirre Cerda, cuando unimos fuerzas Radicales, Socialistas, Comunistas, Demócratas, Confederación de Trabajadores de Chile (CTC) y jóvenes de la Falange Nacional que no quisieron votar por el candidato de su partido y apoyaron a Pedro Aguirre Cerda. Unamos fuerzas como lo hicimos, unos más sonrientes otros a regañadientes, sin creer en el mecanismo en el plebiscito del año 1988. Si no nos hubiéramos unidos sin no hubiéramos votado todos NO, no habríamos sacado el 54%, nos hemos unido para elegir a los dos últimos Presidentes de la República y si no fuera por que nos unimos en la segunda vuelta, no habría sido presidente Lagos ni sería presidenta Michelle Bachelet, esa es la verdad. Pero cada vez que lo hemos hecho hemos vencido, cada vez que lo hemos hecho hemos triunfado y está en nuestra historia. Y es más viejo que el hilo negro, desde los años 30, cuando desde las filas del partido comunista se planteó la idea del gran frente antifascista, se planteó la idea de unir fuerzas para derrotar a la derecha y al nazismo. Cuando el año 57 Eugenio González Rojas, ese gran socialista, planteó al despedirse del Senado que la fuerza de avanzada social, así las llamaba él, debían unirse para enfrentar los siguientes desafíos. Un año después Jorge Alessandri por la derecha fue elegido Presidente de la Republica con un 34% de los votos. Como lo hizo Radomiro Tomic en la década de los 60 en que llamó a la unidad social y política del pueblo.

Unamos fuerzas, es una tarea tremendamente difícil- yo no lo ignoro, lo sé- es una tarea que tiene que superar brechas muy profundas que se han abierto con el curso del tiempo entre nosotros. Es una tarea que tiene que superar las indiferencias y las comodidades de los que han logrado sitios, posiciones en el aparato institucional, es una tarea que tiene que superar los resentimientos, los rencores, a lo mejor legítimos de muchos que han sido críticos de este proceso de transición.

Pero no vale la pena hacer el esfuerzo de superar esas brechas, de superar esas diferencias para aislar a la derecha en el país de América Latina, donde seguramente la derecha es más poderosa, donde acumula a su poder económico, su poder mediático su poderío lógico. A la derecha implacable que durante 500 años ha creído que este país le pertenece, que gobierna a través de una elite y que solo una vez realmente se ha visto amenazada de que la tortilla se diera vuelta, cuando ese gran chileno, ese gran socialista fue Presidente de la Republica, el compañero Salvador Allande.

Es difícil, es difícil y yo no sé sinceramente si lo vamos a lograr en un plazo breve, yo voy a seguir luchando en esa línea en mi partido socialista, entre los amigos que están fuera de mi partido socialista, para ver si logramos efectivamente atraer voluntades para este propósito de unir fuerzas. Alguien me dijo bueno y si no resulta, esperemos, sino resulta veremos, veremos que hacemos, cómo apuntamos para el plazo más largo, para unir fuerzas, pero paso y grados de unidad.

Tenemos que lograr, tenemos que avanzar en pasos de unidad para ir generando la fuerza que construya un gran movimiento de unidad popular y democrático en Chile, que abarque desde los cristianos progresistas hasta los muchachos rebeldes de la izquierda y que permita constituir una fuerza que no pueda ser derrotada por el poder económico ni político de la derecha.

Les dije al comenzar yo he trabajado y trabajo siempre y reivindico siempre la memoria y siempre les digo a los más jóvenes, no olviden la memoria, tenemos nosotros que traspasarles memoria. Pero somos hoy día como un archipiélago hay generaciones que no han conversado entre sí por mucho tiempo, y tenemos que movilizar ese diálogo para ir construyendo una red que vaya acercado las vivencias y las experiencias. Los jóvenes no pueden tener la memoria que tengo yo, los jóvenes están recién construyendo su memoria, mi única aspiración es tratar de prestarle la mía, prestarle la de mí generación para que de ahí saquen consecuencias, no para que hagan lo que nosotros hicimos, por que no lo hicimos tampoco ni perfecto y en muchos casos ni siquiera bien. Sino para que sean capaces de traducir la memoria, la memoria no sirve para copiarla, la memoria no es para repetirla, la memoria no es para clonarla, la memoria es para traducirla y para traducirla necesitamos innovación, la innovación de los jóvenes, la creatividad y la libertad de los jóvenes, que van a ver, estoy seguro, un Chile mucho más justo mucho más libre, cuando seamos capaces de unir fuerzas.

Muchas Gracias.
Santiago, 26 de cotubre 2007

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por favor!!
Esperan que le creamos?

Fue ministro del trabajo y no hizo absolutamente NADA.

Es parte junto a todos los demás de que en Chile esté implementado el sistema injusto y autoritario que rige.

A otro perro con ese hueso.

Que cara dura!!

Es además un tipo sin carisma y muy mediocre.

Anónimo dijo...

´No estoy de acuerdo.
Aunque tu comentario va bien con tu avatar de despreciador