miércoles, 28 de noviembre de 2007

Contra la dictadura todos éramos díscolos

Por Víctor Miranda

En sus orígenes, la Concertación estaba compuesta sólo de díscolos, personas que no aceptaban una autoridad militarmente "elegida". En esa época era natural estar disconformes con la desigualdad, el atropello y la opresión; pero no todos los disconformes eran díscolos pues se arriesgaba a perder el trabajo, la libertad o la vida.

A pesar de esos riesgos los díscolos aumentaron hasta que el dictador aceptó pactar su salida, y con ese pacto heredamos un esquema económico injusto, una constitución a la medida de esa injusticia, y medios de comunicación dispuestos a ( amparar, ocultar, justificar) esa injusticia.

Hoy 17 años después de ese pacto, el esquema económico sigue intacto, (para comprobarlo basta ver la edición extraordinaria de ESTRATEGIA: "Los Niveles de Concentración en 35 Mercados", o revisar cuanto se llevan las transnacionales del cobre, y cuanto ganan los empleados de los supermercados) La constitución tiene otra firma (quizás para satisfacer la megalomanía de Ricardo Lagos), pero aún permite enjuiciar a un senador por apoyar a los trabajadores. Y los medios de comunicación, con el entusiasta apoyo de los gobiernos de la concertación (dan más del 80 % del avisaje estatal al Mercurio y la Tercera) siguen siendo monopólicos y siguen sembrando medias verdades que son peor que las simples mentiras.Esa triple continuidad ha vuelto a generar díscolos, que en lo fundamental quieren que se cumpla el espíritu que animó en sus inicios a la concertación. El proyecto de depreciación acelerada generó díscolos. La reforma tributaria, generó díscolos especialmente entre los trabajadores vinculados a la concertación. El acuerdo con la derecha en educación que mantiene el lucro, y en el Tran-Santiago, todos pierden, menos los bancos y los operadores.

Y al igual que en los comienzos esta intención de mantener los criterios fundacionales de la Concertación tiene sus riesgos, ahoras er díscolo puede significar perder el trabajo, perder un cupo parlamentario o ser expulsado de un partido al que se ha pertenecido toda la vida.

¿Está equivocado Adolfo Zaldivar cuando afirma que el Transantiago es el paradigma del Neo-Liberalismo? Veamos

¿Quién pierde con el TRANSANTIAGO?

1. -Pierden los usuarios por razones obvias

2. - perdieron los pequeños empresarios del transporte

3. - pierde el fisco cientos de millones de dólares

4. -la Concertación puede perder un senador yquizás las próximas elecciones presidenciales.

Con tantos perdedores uno puede preguntarse y ¿Cuánto pierden los bancos a cargo del sistema?

En esta situación puede que a algunos no les guste el concepto de Neo-Liberalismo, pero está claro que no beneficia a los trabajadores y está más que claro que no fue para llegar a esto que se fundó la concertación.

Con una mirada desprevenida puede creerse que es ilógico empujar a un senador fuera de la concertación, en circunstancia que las fuerzas están tan parejas en el senado, pero si como lo comprueba la experiencia de estos 17 años, la estrategia es propalar la idea de que se quieren los cambios, pero en realidad no se quiere cambiar lo fundamental, es muy importante no tener la mayoría en el parlamento, por que eso permite culpar al empedrado. Estar en minoría como es su deseo, les permite pactar con la derecha y echarle la culpa a los díscolos.

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